Si adoptamos un
modelo proactivo, se hace necesario que el proceso de toma de decisiones sea el
producto de un proceso deliberado y planificado, enmarcado en un proyecto que
le otorgue direccionalidad y sentido.
El modelo reactivo,
ha establecido lÃmites rÃgidos entre la elaboración y la ejecución de las
decisiones. Estipulo una división en etapas a seguir, que no contemplan la
realización de ajustes parciales, la contextualización y la incorporación de lo
imprevisto estas etapas son:
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